Me Alegro

Ayer me llamaste, otra vez, no vi tu llamada hasta mucho rato después, justo después de caerme con la moto, estaba muy nervioso y miré el móvil por casualidad y vi tu perdida.
Dudé, dudé mucho ya que nuestras últimas conversaciones estaban llenas de mierda y en ese momento aún me temblaba todo el cuerpo. Pero te llamé, por si acaso, por si necesitabas ayuda.

Me alegro, me alegro mucho por tí, de verdad. Ya era hora de que empezaras a andar, a salir de casa, ahí fuera hay un mundo immenso que te puedes comer a bocados.

Hablamos un buen rato, de muchas cosas, de tí, de mí, de los demás, de eso, de lo otro y de lo de más allá. Me gustó. Te noté tranquila y serena. Lo celebro.

Gracias por interesarte por mí, yo voy haciendo, intento no parar para no perder el equilibrio (buen momento para escibir esto, XDD, después de caerme con la moto).
Espero algún día no tener miedo a llamarte, si no lo hago es por eso, por miedo. Cuando pienso en tí aún se despiertan muchas cosas en mí. Tranquila, te llamaré, no se cuando, pero lo haré, y te devolveré lo que me has pedido, es todo tuyo, siempre lo fué, lo tenía yo por mi posición en tu vida, pero ya dimití.

La verdad es que sí tengo ganas de verte, pero aún no puedo, quiero poder mirarte a los ojos y sentirme bien, sin hundirme y que mi corazón no llore. A mi también me dolió dejarlo, y todavía me duele pero no podíamos continuar... aunque siempre serás especial para mí, una amiga muy especial.

Por la gente no te preocupes, siempre te decepcionaran, no esperes tanto de la gente, la gente nunca es como tu esperas y mucho menos te darán todo lo que tú les das. Eres demasiado generosa, y si no es eso, esperas demasiada reciproceidad. No te equivoques, la gente va a su puta bola. Y sí, los tíos se fijan sólo en tu físico, ya lo hacían cuando estábamos juntos, ya me daba cuenta. Pero si por fuera eres guapa, aún lo eres más por dentro, pero eso que lo descubran ellos solitos si son lo suficientemente maduros.

Me alegro por tí, de verdad.

Ya te diré algo. Un beso y un achuchón de los que a tí te encantaban.